Día : 10/Enero/08Música sonando: Massive Attack
----------------------------------------------------------------------------------Naces, empiezas a crecer y cuando ya puedes decir más de dos palabras seguidas, empieza tu etapa estudiantil que, en según que casos, puede durar más de 20 años y no porque la persona sea más cazurra que una piedra, sino porque va empalmando guardería-colegio-instituto-universidad.
Cada etapa tiene sus pros y contras, pero lo más importante, para pasar de una etapa a otra o evolucionar dentro de una etapa hay que pasar un peaje, LOS EXÁMENES.

Los odio, aunque supongo que como la gran mayoría de la gente, pero son como los dentistas, te guste o no, si toca, toca y no hay más vuelta de hoja.
Si bien no he sido nunca un mal estudiante, tampoco puede decirse que haya buscado siempre sacar unas notas brillantes ya que, según definió a mi madre muy acertadamente un profesor al acabar primaria: "Tiene potencial y vale, pero es un poco gandul". Así soy y así me acepto, soy de los que van dejando las cosas para después y luego a correr toca que no llego, estrés y nervios (principalmente en el estómago) y firme promesa de que a partir de entonces sería aplicado y no volvería a repetirse esta angustiante situación. Pero nunca lo conseguí, acabé todas mis etapas estudiantiles siguiendo el mismo procedimiento y sufrimiento.

Para mi desgracia, aunque a simple vista parezca una persona tranquila, soy de los que la procesión va por dentro y, antes de cada examen, se me hacía tal nudo en el estómago que me era imposible digerir ningún alimento y la visita al lavabo (perdón por lo escatológico del tema) horas antes del mismo eran sagradas. De esta época de estudiante me vienen a la memoria diferentes anécdotas como por ejemplo:
-Experiencia 1: Encogiendo el tiempo. Instituto/15 años, día de examen: Ese día no sonó el despertador y tenía un examen de francés (vaya pérdida de tiempo mon dieu, no sirvió para nada), por lo que me despierto, abro los ojos y miro el reloj de la mesita. ¡¡¡¡¡Las 7.45, en 15 minutos tengo examen!!!!! Mecagonla......... joder, joder, joder que no llego.
Salto de la cama, me visto y salgo corriendo hacia el instituto, ni ducha, ni "ná", a lo guarro que lo primero es lo primero.

Llego a las 8 al instituto y para mi asombro no hay ni Dios, raro, pienso, pero bueno como es época de exámenes la gente ya estará en clase. La puerta de entrada está cerrada, no lo entiendo,- por lo que toca llamar al timbre como un poseso para que me abran.
Se acerca el conserje, me mira con cara de extrañado pero paso de él y en cuanto abre la puerta entro como una exalación tras un rápido "Gracias". Intenta decirme algo pero yo ya me he perdido por el pasillo. Arrrff arrf arrf, llego un pelín tarde, pero con tiempo suficiente. Me dirigo a clase, abro la puerta y..... ¡¡¡¡la clase está vacía!!!! ¿¿¿???? Ah claro, deben estar en el otro aula. Carrera por el pasillo, doblo la esquina y cuando abro la otra puerta... vacía.
Piensa, no hay nadie en los pasillos ni en ninguna clase y no estás soñando. Son las 8 de la mañana, piensa qué falla...
- Noooooooooooo, digo mientras caigo en la cuenta de que el horario de entrada es a las 8.30 h por lo que aún queda media hora para el inicio.
Vuelvo a la entrada y me encuentro al conserje aún con cara de alucinado pero con media sonrisa que me explica que no le ha dado tiempo a decirme que a dónde iba.
- Experiencia 2: El poder de la mente. Universidad/22 años, día de examen:Esta experiencia me ha ocurrido varias veces durante mi vida y no siempre ligada a temas de exámenes.
Una de las asignaturas que teníamos en la carrera, era Cálculo y, para ser sinceros era la "maría" o fácil, quizá la más fácil de toda la carrera ahora que lo pienso, aunque en estas carreras abundan más las muy difíciles, pero bueno.
El tema es que el día del examen tenía nervios cero por primera vez en mucho tiempo, por lo que me pude relajar y concentrarme en él para sacar una buena nota.
Acabo el examen con bastante tiempo de antelación y, para evitar problemas decido repasarlo.
- ¡¡¡Perfecto, joerrrr que lo he clavao!!!.
- La has cagado, decía mi subconsciente.
Angustiado, repaso el examen de principio a fin no sea que me haya equivocado. Nunca hay que despreciar lo que dice tu mente.
- ¡Perfecto! Pero si es que el 10 no me lo quita ni Dios.
- Nene que la has cagado, pero no te diré donde.
Joder, joder, esto no puede ser, que angustia. Repaso por segunda vez el examen y como sigo sin ver nada raro, lo firmo y lo entrego seguro del peaso 10 que voy a tener.
Cuando salgo del examen no hablo con nadie de él, supersticiones mías, y decido irme a casa donde me tumbo un poco antes de la cena e irme a dormir.
Esa noche, sobre las 3 de la madrugada mientras soñaba con quien sabe qué, me despierto sobresaltado.

-¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO, la he cagado y sé exactamente donde!!!!. Lo curioso del tema es que aún no sé cómo me vino a la mente ya que estoy seguro de que no estaba soñando con el examen. No volví a dormirme y mira que lo intenté todo.
Para mi desgracia, esta experiencia no me ocurrido una única vez.
- Experiencia 3: Dichosa canción. Universidad/20 años, día de examen:Dentro de este punto, me gustaría explicar dos diferentes experiencias que hicieron que cambiara mi manera de actuar antes de los exámenes.
La primera de ellas y que me costó un suspenso, fue cuando me dirigía en coche hacia la universidad a realizar un examen, por lo que, como siempre hago, iba escuchando música, por eso de que calma las fieras. Por aquella época el grupo que más escuchaba eran los Red Hot Chili Peppers y su álbum Blood Sugar Sex Magik. Una de las canciones y que me gustaba especialmente, era la que daba nombre al disco ya que tenía un ritmillo machacón, fácil de cantar y bastante cañero, lo que permitía liberar la adrenalina que llevaba en esa época.
Mi pesadilla empezó cuando repartieron los exámenes e intenté concentrarme en la resolución de los problemas. No podía, el dichoso estribillo se había grabado en fuego en mi mente y no conseguía quitármelo de encima:

Blood sugar baby
She`s magik Sex magik sex magik
Blood sugar baby She`s magik . . .
A ver, concéntrate. Primera pregunta... "Blood sugar baby..." Mierda, maldita canción. Concentración... "She`s magik Sex magik ..." "Si tenemos un fluido....." "Blood sugar baby..." NOOOOOOOOOOOOOOORRRRGGGGGGGG
La segunda experiencia es bastante similar sólo que esta vez no fue la radio la introductora del estribillo que me hizo entrar en bucle, sino mi novia que estaba sentada delante mío y justo antes de empezar el examen se giró y, sin venir a cuento, me cantó los 10 segundos que tanto ella como yo conocíamos de una canción más vieja que matusalén. Aún hoy día no ha conseguido explicarme qué demonios hizo para que le viniera a la cabeza esa dichosa canción. El problema de este tipo de canciones en las que únicamente conoces el estribillo y una infinitésima parte, es que consiguen que entres en un bucle que hace que dure la canción horas. Afortunadamente aprové sin problemas el examen, pero los efectos secundarios de la cancioncita duraron horas.
Ah, se me olvidaba, la letra de la canción decía algo así como...
"María de la O
que desgraciaíiiiiiita gitana tú eres
teniendolo tó.
Castigo de Dió"
- Experiencia 4: Remordimientos. Universidad/25 años, ¿resto de mi vida?:Dos últimas asignaturas para acabar la carrera; una la típica que se te cruza y no hay manera de aprobarla por más que estudies. Siempre consigues cagarla en algún punto. La desesperación es total y la angustia por acabar de una vez la dichosa carrera empieza a ser agobiante. La otra, esa asignatura difícil de coj.... y que si no la has ido siguiendo desde el primer día, cuando, un mes más tarde intentas ponerte el día ya es demasiado tarde.
La impotencia por no aprobar las dichosas asignaturas hacen que te plantees si no has perdido el tiempo estos últimos años.
El tema es que aprobé la primera de ellas después de mucho sufrir (fue la última asignatura que aprobé en la carrera) y eso que era una cuatrimestral.
La segunda de ellas, después de haberla dejado por imposible, decidí que o bien la intentaba aprobar en Septiembre o sino el año siguiente. El tema es que me presenté al examen de Junio para, al menos, coger las preguntas para tener una idea de por donde irían los tiros en Septiembre. El tema es que cuando llegué al auditorio, me senté justo detrás de un colega y... copié como un poseso sin tener ni repajolera idea de lo que hacía. Bueno, sabía lo básico, básico (increíblemente hasta le corregí un error). El tema es que cuando volví a casa me dije que si aprobaba aquel examen, me rapaba la cabeza, tal era mi desesperación.
Y me la rapé, 5.00 pelao pelao que saqué y me quité uno de los grandes huesos de la carrera.

El problema vino con el tiempo, ya que meses, más bien años después, aún tengo pesadillas en las que me faltan por aprobar estas dos dichosas asignaturas y durante el período que dura el sueño vuelvo a revivir la angustia por no acabar la carrera. Es digno de psiquiatra, ya que muchas veces en el sueño, dialogo conmigo mismo diciéndome que ya la he aprobado, pero pocas veces sirve de algo.