miércoles, 12 de marzo de 2008

Fobias

El lunes el día se despertó mal, ya desde primera hora la cosa se ha levantó torcida ("cosa" en general, mentes perturbadas, ainsss) más o menos como el tiempo, gris y frío.

Pocas ganas de hacer nada y de leer también justitas. Ese día, si fuera mujer y tuviera la regla me pasaría lo contrario de lo que dicen esos anuncios tan "buenos" y "originales", no me he preocupado a qué huelen las nubes ni demás estupideces, no, sólo quería estar en el sofá, aburrirme y dejar pasar el tiempo.

Como aún sigo de baja y voy acumulando Tickets Restaurant, decidí ir a comer al lado de casa, a un sitio donde sé que los aceptan y de paso, ver si con el aire frío mi humor cambiaba, cosa difícil pero bueno.

Llegué al restaurant, sobre las 13.30 h y la cosa siguió empeorando, ¡¡¡¡era el primero y el local estaba vacío.... bueno con las camareras, mesas y sillas!!!.




Allí estaba yo, sólo con 3 camareras y dos cocineras listo para comer sólo, por lo que, para romper el hielo y dejar claro lo poco que me gustaba la situación, dejé escapar una broma a la amable camarera:

- "¿Mira que si no hay sitio?

Sé que es una estupidez sentirse mal, o agobiado ante esta situación, pero es algo que no puedo evitar. Si cuando voy a entrar a un local, sea bar, restaurant, tienda o similar veo que no hay absolutamente nadie, ¡¡¡zassss!!!! hago un amago y me escabullo.

Como sabéis, cuando estudiaba trabajaba en un bar de viejecitos que tenía mi padre y claro, a partir de las 21.30 h mi cuerpo no lo aguantaba, quería irme a cenar, descansar o lo que fuera, pero claro, siempre quedaba el típico plasta, sólo, que veía como todo el mundo se había ido y habíamos recogido, barrido, fregado y no captaba la indirecta.

- ¿¿Niño, me pones otra cerveza??
- Aquí no pueden entrar los niños, respondía con toda mi mala leche, era superior a mí.

Otras veces era peor, se juntaban 2 o 3 semiborrachos en la fase de "exaltación de la amistad" a punto de pasar a la de "discuto por todo" y te tenían más de una hora esperando de pie, muerto de asco hasta que uno decidiera marchar.

¿Cómo sería de horrible sus casas que alargaban la agonía hasta última hora?.

Todo esto viene a cuento a que, desde entonces, cada vez que estoy en un restaurant vacío, aunque justo acaben de abrir, me da la sensación de que me están esperando y me entra ese pánico escénico que hace en engulla los alimentos a dos manos, sin pararme a disfrutar de los platos y pidiendo el siguiente antes de acabar el anterior.

- Camadeda, me trdaeeee el pózimo plaaatoo poffff favóooo, digo con la boca llena mientras ella me mira con cara de ¿qué coño le pasa a este tío?.

Recuerdo un domingo (mal día para ir a cenar, lo reconozco) en que con el fin de celebrar un aniversario, decidimos ir a un restaurante argentino que había cerca de casa. Llegamos al sitio en cuestión, abrimos la puerta y ¡¡¡bingo!!! no hay ni Dios dentro, todo el restaurant para nosotros solitos.
¡¡¡¡Seré idiota!!! A quien se le ocurre ir de cena la víspera de un día de trabajo. Total que como teníamos a los 2 cocineros y dos camareros para nosotros solitos, en menos de 45 minutos estaba camino a casa, con una botella de vino en el cuerpo, un solomillo extragrande y un postre no menos impresionante y claro, la sorpresa de mi madre fue mayúscula.

- ¿Qué ha pasado? ¿No habéis cenado? es más, ¿os habíais ido?
- Sí mamá, ya hemos cenado, bebido y demás, anda recoge que te llevo a casa.
- Hijo, vaya celebraciones más rápidas que hacéis.

Y todo por culpa de mi fobia a los sitios vacíos, cachissssssssss.

9 comentarios:

mas de mi que de... lirio dijo...

Ayyyy los lunes jajaja el mal humor suele ser general pero tu que estas de semi vacaciones deberías disfrutarlo... no seas tonto que la baja acaba antes que te des cuenta.
Un enorme beso desde mi alma.

Belén dijo...

Vaya... eso también me pasa a mi, nome gusta que me miren jajajajjajja

Besicos

Carlota dijo...

me parto. Qué desaborío, hijo! desde luego yo soy tu mujer, y encima que vamos a celebrar el aniversario, que me pongo monísima, que estamos sin niños, y en 45 minutos me tienes de vuelta a casa, y vamos... te quedas sin regalo ;). Bueno, sí es cierto que si eres el único, incluso puede que notes la ojeriza con la que te están mandando terribles vibraciones cocinero, ayudante, camareros y demás... y encima, tener que estar hablando muy bajito para que no se enteren ninguno de ellos. Sí, definitivamente incómodo y perjudicial para la salud propia. Un besito... hoy nos dejaste sin música? Me vuelvo a escuchar el post de debajo.

Alma dijo...

Me has hecho reír, me pasa lo mismo y si puedo me escapo y busco otro sitio, resulta incomodísimo, todo el tiempo con la sensación de que están pendientes de ti

Besos salados

Ivana Carina dijo...

Una cosita....
Sicoanálisis ya! ajajjajaa!
Y lo de tu aniversario.... flojito, flojito! :P
Besotes!♥

Kiri dijo...

Yo tengo varias pero esta no es una de ellas. A mi lo que me da mucha rabia es que cuando voy a comer sola...muchas veces por cierto...todos están en pareja. Y el camarero me dice...viene sola? Y tengo ganas de decirle PUES SI JODER...NO VES QUE NO VENGO CON NADIE...pero digo SI grrrrrrr. Y luego el trámite de quitarte todo lo que sobra de la mesa servida PARA 2:-). Me he reído con tu post...

Mandarina azul dijo...

Supongo que tan poco nos gusta llegar a un local y que esté vacío, como que esté hasta arriba de gente. Aunque... si tuviera que elegir entre las dos situaciones, me quedaría con la primera. Eso sí, hablaría muy bajito. :)
Un beso.

Maru Aveledo dijo...

Llegué a tu blog por casualidad y me he reído un monton. A mi me pasa algo parecido, lo peor es hablar en voz baja, pero me da por pensar que si está solo el sitio será por que la comida no es buena así que evito entrar en esos lugares a menos que sean conocidos desde hace tiempo.

:-)

The Final Straw dijo...

Lirio, pues sí los lunes deberían estar prohibidos :P y respecto a mis vacaciones, pues como ves ya se acabaron, ainssssssssss.

Belén, sí esa sensación incómoda de ser el centro de atención puede conmigo. Es que no puedo.

Carlota, la verdad es que la cosa de ir rápidos fue de mutuo acuerdo, vaya que ambos estábamos agobiados. Respecto a que todos estén pendientes de nosotros hace que fastidie todo el ambiente, la verdad ya que rompe todo el momento.

Alma, yo también suelo hacer lo mismo, pero claro un domingo por la noche tampoco es que estuviera todo abierto así que era ahí o a un frankfurt y comprenderás...

Ivana, jajajaja como no una argentina recomendando psicoanálisis aunque quizá esta vez no vayas desencaminada.

Kiri, bueno lo que comentas es otra, el agobio de ver que eres el único que come solo y la sensación de que te quiten los cubiertos ya no tiene precio. Sólo faltaba que anunciaran por megafonía que estás sin compañía ¡¡¡ATENCIÓN EL CABALLERO DE LA MESAS 32, CON CAMISA AZUL NO ESPERA A NADIE ESTÁ SOOOOOOOOOOLLOOOOO!!!!.

Mandarina, hombre, puestos ambos extremos no sé con cual me quedaría ya que si quieres tranquilidad, cuanta más gente haya menos te molestarán, siempre y cuando no estés hambrienta...

Mavele, de nuevo bienvenida a mi blog, luego voy de visita al tuyo, prometido. A mi me pasa igual si está vacío, lo que ocurre es que en este caso en concreto tenía referencias del local y no había problema en ese sentido